Es la nostalgia de haber pasado juntos, de estar en cuclillas acechando esperando el momento justo perfecto para sumir el gatillo, dar ese click maestro y tener la certeza de haber logrado algo, algo intenso, memorable, único, valioso y trascendente, algo que pase la prueba del tiempo sean décadas o siglos sabiendo que ahí estará inmortal. Sabiendo que por unos centavos el momento no dejará de existir como si hubiesen tomado el grial, la pócima, el vino eterno y que eterna será la duda del autor que esta joya nos brindó para disfrutar ese vivaz, pasajero en su andar en ese intercambio de ideas que explicaba uno y el otro asentía que ni el fotógrafo supo de que trataba ni nosotros quien fue él y que ellos no imaginarían quedar inmortalizados regalándonos ahora esa deliciosa idea de imaginar el tema o el lugar a donde iban.
